Descubre los mejores destinos naturales de Marruecos y sus maravillas ocultas
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Sonia Gámez | 15 septiembre 2021
Espacios naturales imprescindibles para nuestras experiencias viajeras
No pretendo hacer un trabalenguas con el inicio de este post, pero me gustaría aclarar que, no están todos los que son, pero sí son todos los que están. Los lugares que os presento a continuación son excepcionales en cuanto a belleza, riqueza medioambiental, geológica o arqueológica, atributos que hacen únicos estos espacios naturales en Marruecos. Algunos de ellos son desconocidos y, como consecuencia, poco visitados. Soy consciente que dejo sin mencionar ecosistemas extraordinarios y auténticos como, por ejemplo, el Parque Nacional del Toubkal, el Jebel Sirua o los Erg presaharianos, entre muchos otros, pero he preferido priorizar aquellos lugares menos conocidos y que pasan más desapercibidos entre los destinos escogidos para viajar por Marruecos. Además, estos sitios son, o lo serán muy pronto, el escenario de nuestras imprescindibles Rutas a pie o nuestros enriquecedores Viajes combinados. Descubre los mejores destinos naturales de Marruecos y sus maravillas ocultas
Poco a poco vamos incluyendo en nuestra oferta viajera los destinos menos transitados que son portadores de ciertas peculiaridades que los hacen inigualables y que, por lo tanto, dejarán una huella duradera en todo aquel que decida acompañarnos. Algunos de los sitios a continuación ya forman parte de nuestros itinerarios habituales, otros están a punto de incorporarse, porque estamos seguros que estos escenarios os cautivarán tanto como nos fascinaron a nosotros cuando los visitamos por primera vez. Mejores destinos naturales de Marruecos
Hoy me gustaría invitaros a descubrir la magia de nuestros rincones favoritos en la naturaleza marroquí y os animamos a buscar un hueco en vuestras agendas para explorarlos con nosotros sobre el terreno en alguna ocasión. Mejores destinos naturales de Marruecos
Parque Nacional de Talassemtane
Si algo os llamará la atención de esta región normarroquí es la frondosidad y el verdor de sus bosques. Situado entre las provincias de Chefchauen y Tetuán, en las estribaciones de la cordillera del Rif, este espacio natural contiene un exclusivo bosque de abetos sin referentes en el resto de Marruecos. El Parque Nacional de Talassemtane, junto al espacio natural de la costa de Gomara, ha sido reconocido por la Unesco como patrimonio excepcional de Marruecos, principalmente, por su rica biodiversidad (flora, fauna y geología). Además, se encuentra integrado en la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo. Mejores destinos naturales de Marruecos
Las regiones de Yebala y Gomara son muy escarpadas y frondosas, unas características que hacen del lugar un destino ideal para caminar por sus senderos.
Por suerte, el lugar está protegido y fue convertido en Parque Nacional a principios de los años setenta. Su importancia biológica radica en la presencia de especies arbóreas que no existen en otras regiones del país, como es el bosque de abetos (Abies maroccana); por otro lado, la presencia de animales amenazados, como el mono de Berbería, lo han convertido en un espacio natural único en el norte de Marruecos. Si te animas a visitarlo, te vas a encontrar con un paisaje de alta montaña de cumbres nevadas en invierno, unas altitudes que oscilan entre 1600 y 2170 m. y que contrastan con los profundos valles frondosos y húmedos. Una de las visitas obligadas en Talassemtane es el desfiladero de Akchour, donde puedes realizar agradables caminatas para visitar el conocido como Puente de Dios, y las Cascadas del Oued Kelaa, dos destinos imprescindibles.
A nosotros nos encanta caminar por estos senderos hasta el Puente de Dios, donde puedes hacer un descanso para tomar un rico té a la menta bajo la frondosidad de los árboles que lo rodean. Mejores destinos naturales de Marruecos
Una de las visitas obligadas en Talassemtane es el desfiladero de Akchour, con sus cascadas y pozas para pasar los días de intenso calor.
Parque Nacional de Alhucemas
Podríamos decir que en este lugar nos encontramos como en casa, primero por la cantidad de veces que hemos disfrutado de esta tierra y, segundo, por los muchos amigos que ahí tenemos. El Parque Natural de Alhucemas se encuentra en la costa mediterránea de Marruecos, próximo a la bonita y luminosa ciudad de Alhucemas. Su creación como Parque Nacional fue en 2004 y cuenta con una superficie de casi cincuenta mil hectáreas, repartidas entre su área terrestre y marina, convirtiéndose en el único parque de Marruecos que cuenta con una parte de su superficie en el mar, una característica que conlleva la presencia de varios islotes y rocas. Mejores destinos naturales de Marruecos
En pleno corazón del Rif central, vamos a encontrar una región colmada de contrastes, con paisajes variados y una diversidad biológica y geológica excepcional. Su orografía y la exposición a las influencias marítimas húmedas, se han convertido en los principales factores que aportan una preciosa originalidad natural al paisaje. Si algo caracteriza este lugar es la siempre visible costa rocosa y salvaje, con un mar azul turquesa que contrasta con las zonas arbóreas de verde intenso. Los macizos calcáreos que constituyen esta parte de la costa se sumergen en el mar en forma de altísimos acantilados, constituyendo un magnífico paisaje natural para perderse. En el interior del Parque se encuentran numerosos morabitos y espacios sagrados testigos de una tradición religiosa sincrética muy arraigada entre la población amazige y que hemos estudiado en profundidad. Por ello, hemos creado una interesante ruta para dar a conocer las arquitecturas de estos santuarios y las prácticas rituales que suceden en su entorno. La ruta la hemos titulado:
Un viaje al corazón del Rif y sus tradiciones religiosas populares
La costa y el mar siempre visible en el Parque Nacional del Alhucemas.
Parque Nacional Tazekka
En la región más al norte del Medio Atlas encontraremos el Parque Nacional Tazekka, próximo a la ciudad de Taza, que se sitúa al noreste de este. El Parque forma parte de un interesante circuito que parte desde Taza y recorre una serie de curiosidades naturales como cascadas, cuevas profundas, amplias áreas boscosas, etc., pero también regiones particularmente pintorescas, como el aduar de Sidi Majbeur.
El Parque Nacional Tazekka, fue creado en 1950 sobre un área inicial que corresponde al bosque alto de cedros del Atlas (Cedrus Atlantica), que corona la cima del macizo del Tazzeka a 1980 m. de altitud. Este maravilloso espacio natural atestigua la antigua extensión de los bosques de cedros marroquíes, ya sean los del Medio Atlas o los del Rif. Entre octubre y abril la nieve cubre casi todas las zonas del Parque, con una importante presencia de agua y cascadas que aportan gran belleza al paisaje. La cumbre del Tazekka está ubicada en el corazón del Parque, convirtiéndose en el punto de convergencia de numerosas crestas separadas por valles profundos y salvajes.
Espacios verdes intensos en el corazón del Parque Nacional Tazekka.
Zawiya Ahansal y Taghia
La región de Zawiya Ahansal y Taghia conforma un conjunto de pueblos en las montañas del Alto Atlas que a nosotros nos encanta. Fundada alrededor del siglo XIII por un santo musulmán, Sidi Said Ahansal, la zona es conocida por su importancia arquitectónica e histórica, pero también por sus altas cumbres que atraen a ávidos montañeros y escaladores. Su geografía única ha mantenido este espacio relativamente aislado del resto de Marruecos. Sin embargo, los proyectos recientes de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales han aumentado su infraestructura, lo que ha permitido un discreto aumento del ecoturismo y el turismo de aventura. La mayoría de la población activa de la región son agricultores, pastores o grupos semi nómadas Ait Atta.
Vista general de la aldea de Zawiya Ahansal con sus arquitecturas de adobe tradicionales.
El valle de Zawiya Ahansal en las montañas del Alto Atlas está aproximadamente a 247 kilómetros por carretera desde Marrakech, un camino con sinuosas e innumerables curvas que ascienden a más de 1800 metros antes de descender a las aldeas. Una vez allí, se nos revela un valle fluvial exuberante, desbordado de cultivos de subsistencia creados por la población local. El río es un elemento vital que otorga un suelo fértil al valle. Desde el punto de vista topográfico, la región es extremadamente accidentada y escarpada. Las mesetas y el paisaje sobre el fondo del valle proporcionan poca o nada de agua, lo que contribuye a un entorno hostil que pocos nómadas atraviesan.
Paso de vértigo por el conocido «Pasaje bereber», en Taghia, una visita obligada en nuestras caminatas por la zona.
Jebel Saghro
Casi me atrevería a decir que, en general, la región del Anti Atlas es nuestra debilidad entre todos los destinos en Marruecos y que, en particular, la cordillera del Jebel Saghro es nuestra ruta favorita, es por eso que nunca dejamos de recomendarla. No son muchos los turistas que se aventuran a conocer las agrestes y maravillosas tierras del Jebel Saghro, ya que la mayoría de las mesetas de cima plana, pináculos volcánicos y profundos desfiladeros salpicados de palmerales, solo son accesibles a pie. Se trata de un territorio muy árido y aislado, hogar de los grupos seminómadas Ait Atta, guerreros legendarios reconocidos por su oposición a la colonización francesa.
Así de espectacular luce el paisaje del Jebel Saghro al atardecer, en uno de nuestros últimos viajes en la zona.
Este espacio está ubicado entre la amplia hamada de Tafilalt, al sur del Alto Atlas, y el desierto del Sahara. Se trata de una cordillera de origen volcánico de unos 200 km de longitud y 40 km de norte a sur, con un relieve montañoso pero no demasiado abrupto. Es una región muy erosionada, con multitud de amplios valles y barrancos, con una vegetación caracterizada por formaciones esteparias. La cordillera del Saghro tiene un clima mediterráneo semiárido y árido, cuyas temperaturas medias lo convierten en un lugar idóneo para visitar entre septiembre y abril, periodo en el que realizamos nuestras rutas a pie por la cordillera, ya que en verano la región alcanza temperaturas demasiado altas para caminar.
La mejor forma de conocer el Jebel Saghro es a pie a través de tres núcleos: Kalaat M’Gouna, Boumalne Dades, en el lado norte de la cordillera, y el pueblo sureño de Nkob. Las rutas más imponentes atraviesan el corazón de la cordillera, entre Igli y Bab n’Ali, una de nuestras rutas estrella por su excepcional belleza. Este circuito tiene una gran ventaja sobre la clásica travesía norte-sur del Saghro: comienza y termina en el lado norte de las montañas, por lo que se puede reanudar fácilmente los viajes a las gargantas del Dades, al Erg Chebbi y las dunas presaharianas.
Las duras condiciones han propiciado que la zona esté prácticamente despoblada, aunque existe una escasa actividad ganadera ligada a movimientos de trashumancia estacional entre el Alto Atlas y esta región.
La experiencia viajera en la cordillera del Jebel Saghro no te dejará indiferente. Una ruta a pie en la que no podrás dejar de hacer fotos durante toda la travesía.
Geoparque Jebel Bani
La región de Tata, la gran desconocida, se encuentra en la zona presahariana del sur de Marruecos, en el Anti Atlas. Las formaciones naturales de algunas de sus laderas, los colores y la vegetación de acacias, palmerales, almendros y argán en diversos ambientes paisajísticos estéticos animan la imaginación. Un rico patrimonio geológico al que se pueden sumar las especificidades arquitectónicas y culturales de un oasis y un entorno histórico que representa una verdadera tierra de acogida de poblaciones amaziges, judías, árabes, de creencias animistas, cristianas y musulmanas.
El Geoparque Jebel Bani ofrece la oportunidad de organizar un turismo sostenible enfocado en el reconocimiento y puesta en valor de un territorio a través de su patrimonio geológico. Además de la geología se pueden incluir hitos de interés arqueológico, ecológico o cultural, que conforman una estrategia de desarrollo económico sostenible que va a fortalecer la imagen de los geositios y el avance del turismo verde. Mejores destinos naturales de Marruecos
Desde 2006, los organismos pertinentes trabajan conjuntamente para que la original belleza y cualidades de los geositios de esta región sean reconocidos y potenciados, se trata de un interesante proyecto, que aún está en proceso, donde convergen el sector turístico, el ámbito científico y el universitario, en su insistencia de aportar una visión global que permita plantear la estructuración y estandarización del Geoparque de Jbel Bani. En estos ambientes frágiles, los oasis del Anti-Atlas occidental contienen no solo la riqueza de la biodiversidad dentro de ellos, sino también una geodiversidad en su entorno, con un papel importante en el desarrollo socioeconómico de las zonas áridas y semiáridas.
Mejores destinos naturales de Marruecos
Un paisaje de contrastes con una riqueza geológica única en el prometedor Geoparque de Jebel Bani.
El oasis de Figuig
Otra de nuestras debilidades es Figuig, un oasis a las puertas del desierto situado en el cruce de las antiguas rutas de caravanas transaharianas. Su posición geográfica le ha dado un carácter muy particular a lo largo de su historia: situada en la frontera con Argelia (muy próximo a la ciudad argelina de Beni Ounif) y a unos cuatrocientos kilómetros al sur del Mediterráneo. Esta ubicación estratégica ha permitido a Figuig jugar, históricamente, un papel de relevo en los ejes del comercio y en el eje este-oeste subsahariano.
El palmeral de Figuig plantea un panorama turístico inigualable. Está regado por agua de manantiales y pozos e incluye más de doscientas mil palmeras datileras y cientos de árboles frutales. Algunos de estos sitios están clasificados como patrimonio nacional y se han convertido en un referente mundial para comprender la prehistoria del Magreb. Paradójicamente, estas potencialidades siguen siendo desconocidas, escasamente desarrolladas y poco integradas en proyectos de desarrollo urbano.
El palmeral del oasis de Figuig pronto formará parte de nuestras rutas a pie.
Figuig tiene uno de los palmerales más extraordinarios de Marruecos, y está separado en dos niveles por un acantilado conocido localmente como Djorf. La parte norte, llamada Figuig de arriba, incluye seis ksours casi adyacentes, así como el distrito administrativo. Al sur, en la llanura, al pie del acantilado, se encuentra el ksar Zenaga con su vasto palmeral verde, una de las más antiguas poblaciones del conjunto que constituye el corazón o núcleo del mejor y más cuidado palmeral. El conjunto ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad recientemente. Mejores destinos naturales de Marruecos
El agua, con su sistema de riego tradicional y los ksours de adobe, estructura la organización espacial del oasis y lo convierte en un lugar auténtico; una maravilla de la naturaleza. Es uno de los oasis continentales presaharianos más cercanos a Europa, caracterizado por su clima continental semidesértico, así como por la existencia de un patrimonio arqueológico (prehistórico, protohistórico), arquitectónico y natural que, en este caso, es su conocido palmeral, destacados puntos de interés de este antiguo territorio. Mejores destinos naturales de Marruecos
Panorámica desde el palmeral de Figuig al atardecer, un momento mágico que refleja toda la calidez del desierto.
Laguna de Naila en el Parque Nacional de Khenifiss
La laguna de Naila pertenece al Parque Nacional de Khenifiss, un espacio protegido en la costa atlántica sahariana, en la región de El Aaiún-Saguia el Hamra. Se trata de un paraje natural extraordinario, donde las aguas del Atlántico se introducen en las arenas del Sahara. Un espacio salvaje de una rica biodiversidad natural, pero también histórica, ya que es aquí donde parece encontrarse definitivamente las ruinas de la buscada torre vigía construida en 1476 por Diego García de Herrera, en nombre de los Reyes Católicos, y que fue bautizada como Santa Cruz de Mar Pequeña. La calmada laguna se encuentra rodeada de las arenas del Sahara y se ha convertido en un importante lugar de anidación para las aves, donde habitan numerosas especies, como la gaviota de Audouin, y un gran número de especies que migran hasta aquí en invierno.
Embarcadero en la laguna de Naila.
El parque fue creado como una Reserva Natural en 1960 y en 1980 fue clasificado como un humedal de importancia internacional. En 1983, la reserva natural se transformó en una reserva biológica permanente, y el 26 de septiembre de 2006, el lugar fue declarado como Parque Nacional, con el objetivo de proteger el desierto, los humedales y las dunas costeras.
Impresionantes dunas en la laguna de Naila, lugar donde solemos pernoctar en las tiendas de nuestro campamento.
La laguna de Dakhla
Dakhla es un pequeño paraíso en el sur de Marruecos, que se encuentra perdido entre las aguas del Atlántico y las arenas del Sahara. La península de Oued Eddahab, que forma la bahía de Dakhla, tiene una longitud de aproximadamente treinta y siete kilómetros, con un ancho que varía entre aproximadamente diez y doce kilómetros. La región de Dakhla cuenta con una gran biodiversidad terrestre y marina. Además, es reconocida como uno de los espacios más importantes para los flamencos rosados migratorios. A lo largo de la costa también se pueden observar delfines y raras focas monje, que tienen protección internacional. Para preservar esta riqueza biológica, existe un proyecto por parte de la Unesco que pretende convertir la zona en un Parque Nacional.
Cuando llegas a la desconocida y lejana Dakhla, te encuentras con una de las ciudades más interesantes de Marruecos, donde puedes relajarte al borde de su espectacular laguna, un lugar único de aguas turquesas rodeado por la gran Duna Blanca. Desde 2003, la ciudad acoge a windsurfistas y kitesurfistas de todo el mundo, ya que se dan las condiciones idóneas para el desarrollo de estas actividades en su laguna y en las playas de su amplia costa. Esta pequeña ciudad también es la puerta de entrada que nos conduce al interior del desierto, una experiencia única para explorar paisajes excepcionales.
La laguna de Dakhla, donde se encuentra la gran Duna Blanca. Sin duda, un lugar para perderse.
La antigua Villa Cisneros, la actual Dakhla, fue fundada por los españoles, y todavía hoy podemos toparnos con las reminiscencias arquitectónicas del pasado: la iglesia, aún operativa, y antiguos fuertes ya en ruinas o reconvertidos. En la actualidad, Dakhla se ha convertido, sin duda, en uno de los mayores puertos pesqueros de Marruecos y su población se duplica en las épocas de mayor actividad pesquera. Pero, Dakhla, también es una ciudad muy cosmopolita y moderna, donde convergen gentes de todo el mundo que van y vienen entre sus bulliciosas calles.
La antigua Villa Cisneros muy pronto formará parte de nuestros circuitos históricos, con un recorrido diseñado para conocer los orígenes de su fundación, en las que fueron las primeras expediciones extranjeras al Sahara, y su entorno natural y agreste. Descubre los mejores destinos naturales de Marruecos y sus maravillas ocultas
La laguna de Dakhla ofrece un espacio natural único para practicar el kidesurf, punto de encuentro de aficionados a este deporte procedentes de todo el mundo.